Literatura

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lunes, 8 de agosto de 2011

UN PEQUEÑO RESUMEN DEL LIBRO HASTA LA PAGINA CIEN

El libro inicia contando la historia de Aguilar y de Agustina, él había regresado de un corto viaje de cuatro días, y cuando llegó se enteró de que su esposa estaba en un cuarto de hotel, y en un estado deplorable, esto fue muy extraño para él, ya que cuando partió, su esposa estaba en perfectas condiciones, y pintando las paredes de su sala, minutos después, cuando él arribó al cuarto en el que se encontraba su mujer en el  hotel WELLINGTON, vio a Agustina en ese estado y se asustó ya que aunque Agustina no era muy bien arreglada nunca la había visto en esos harapos y con su cara tan sucia y lastimada, y además cuando ella lo vio, al principio lo reconoció, pero después era como si nuca antes en su vida lo hubiera visto.
el Midas McAlister le cuenta a Agustina, todos los negocios de su familia con Pablo Escobar, y algunas anécdotas que él ha vivido con sus amigos, como cuando la araña, se quedó paralitico, tras haberse caído de un caballo, y romperse el espinazo, o la apuesta que hicieron con su Hermano Joaco , y el paraco Ayerbe, para ver si a la araña se le podía volver a parar el pajarito, o que por si lo contrario lo tenía muerto.
Agustina abraza fuerte a su hermano, el Bichi, durante la ceremonia, para que él pueda perdonar a su padre por pegarle, y para que entienda, que él no lo hace por que no lo quiere, si no para corregirlo . Agustina, algunas veces tiene la visión de que en la noche le van a pegar al Bichi y entonces ella se vuela del colegio, y corre a avisarle, para que ese día se acuesten más temprano. También se cuenta como la tía Sofi y el padre de Agustina se enamoran perdidamente, y esto va a llevar a la separación de los padres de Agustina.
El abuelo Portulinus y la abuela blanca, descansan en su finca de Sasaima, bajo el mirto que los dos tanto quieren, cunado la conoció el era un viejo músico alemán, y ella era una joven de una familia acomodada, él con sus locuras, y ella tratando de alejarlo de eso, y de perder la cordura que le queda

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